10.05.2013


 

   Sos el aire que respiro, sos la brisa que me marea, sos la escalera al más allá, de tu piel nace el río que me agita y me marea, me transporta a algún lugar. Sos la luz que me alimenta, sos la calma en una tormenta como la estrella fugaz.
   Príncipe que iluminaste mi vida con tu sonrisa, estoy acá, estoy acá, aún te espero.
   Te entrego mi corazón, cuidalo del viento y de la lluvia de esta ciudad tan gris que nubla mi sentir. Yo quiero tu corazón envuelto en un sobre de madera, con una etiqueta que diga que es frágil.